Tras llegar al refugio y un corto descanso nos sirvieron una cena a base de sopa de tomate, ensalada y un arroz que no recuerdo que llevaba a las 18:30h. Un breve reconocimiento a los alrrededores del refugio, unas fotos de la puesta de sol con el Cervino como protagonista, un cepillado de dientes y a la cama a las 21:30h que al día siguiente tocaba levantarse a la01:30h de la mañana.
La verdad es que siempre nos quejamos cuando tenemos que madrugar en este tipo de actividades, pero una marcha nortucna es muy agradecida y ver salir el sol en un sitio como Alpes siempre es todo un espectaculo.
Tal y como nos habían dicho una de las peores partes es la primera, pero no por la falta de luz, si no por el mar de bloques por el que tienes que subir y en el cual practicamente no hay ningun camino practicable, aunque si que esta marcado con hitos de cuando en cuando. Luego hay que atravesar un glaciar que no supone ningun problema pero en el que hay que ir muy atento por la falta de luz y el tamaño de algunas de sus grietas. el resto como dicen es aguantar, ya que carece de dificultad pero hay que tener pierna para aguantar el desnivel y las horas que se van acumulando.
Pero lo mejor queda para el final, dos aristas de roca semi cubiertas de nieve y hielo, separadas por una corta pero empinada pala de nieve, en las que hay que hacer alguna trepada y un par de gateos por zonas mixtas de roca y hielo. Nosotros encontramos bastante trafico en esta zona.
Tras las fotos y felicitaciones de rigor comenzamos el descenso que al principio se hace por una zona de rapeles en el que hay instaladas unas maromas y que se encuentra un poco más adelante de la cima. Nuevamente pillamos trafico, por lo que esta parte se hizo muy pesada.
Ya solo nos quedaba disfrutar del resto de nuestras vacaciones.... pero esa es otra historia.